26 de marzo de 2018

¿Qué hacer ante un fraude con tu tarjeta de crédito?

La escalada del comercio electrónico, la digitalización de la banca y el impulso de la tarjeta como método de pago han seducido a los ciberdelincuentes, que han centrado su atención en el robo de datos de las tarjetas bancarias. Es un tipo de estafa que apareció en la década de 1980 cuando tuvo lugar un aumento impresionante en el uso de tarjetas de crédito, débito y prepago a nivel internacional, pero que a día de hoy sigue latiendo con fuerza.
El uso de la tarjeta es cada vez más frecuente. De hecho, los últimos datos publicados datan de 2016 y revelan que número de tarjetas en circulación se incrementó un 6,6% respecto al año anterior, siguiendo así la tendencia creciente, según la ‘Memoria anual sobre la vigilancia de sistemas de pago’ del Banco de España. A finales de 2016 el parque de tarjetas emitidas en España ascendía a 74,5 millones, de las cuales 48,7 millones eran de crédito, casi duplicando los 25,8 millones de tarjetas de débito.
Internet, el medio por excelencia para fraudes con tarjeta
Internet, el teléfono y el correo electrónico son los medios por excelencia para realizar fraudes con tarjetas bancarias. Según publica el Banco de España, el 69% de estas operaciones fraudulentas se comenten a distancia, es decir, a través de estos canales. Sin embargo, sólo el 28% se realiza en TPVs (Terminal en Punto de Venta) y una minoría del 3% en cajeros automáticos.
Con respecto a los datos de fraude con tarjetas bancarias, en 2016 se registraron 888.000 operaciones fraudulentas con tarjetas emitidas en España, por un importe en el entorno de los 56 millones de euros. La cifra señala así un fraude medio de 63 euros por operación.
Copiado y duplicado de la tarjeta
Según estos datos, el mayor número de fraudes no son consecuencia del robo o pérdida de la tarjeta, sino que se producen por el copiado y duplicación de tarjetas de crédito mediante un enlace o un programa malicioso. Los mismos datos de la tarjeta que los ladrones antaño intentaban obtener a través de la observación directa del soporte físico, ahora los obtienen a través de Internet.
Cuando hay una obtención de los datos de las tarjetas de forma fraudulenta, la normativa obliga a la entidad correspondiente a devolver a los consumidores la totalidad del importe defraudado, asegura la OCU. La Ley de Servicios de Pago limita la responsabilidad del titular, por lo que el usuario no debe responsabilizarse de ninguna cantidad.
Los pasos a seguir en caso de robo de datos
Sin embargo, en los casos en que el fraude se produzca como consecuencia del robo o pérdida de tarjeta, el usuario es responsable por el uso fraudulento antes de la comunicación del robo o la pérdida, pero por una cuantía limitada a un máximo de 50 euros salvo culpa o negligencia grave.
Según la OCU, el primer paso a seguir es comunicar el suceso llamando por teléfono al banco y anular las tarjetas. También es necesario denunciar el robo de datos de la tarjeta puesto que sin la denuncia, no se puede reclamar contra los seguros o ir contra la entidad si no se hace responsable. A continuación, hay que reclamar ante el Servicio de atención al cliente o el defensor del cliente en caso que la entidad no quiera hacerse cargo de las cantidades defraudas. Si pasan quince días sin contestación o si la solución no es satisfactoria, se podrá reclamar en el Departamento de Conducta de Mercado.

20 de marzo de 2018

Evita que te estafen al alquilar a través de Airbnb

Si existe una plataforma que ha revolucionado el sector turístico en la última década esta es sin lugar a dudas Airbnb. En estos diez años, millones de personas han confiado en el portal, convirtiéndolo en uno de los líderes del sector del alojamiento online. Su imagen conecta con un usuario que busca alquileres asequibles, acogedores, bien situados y, con frecuencia, también bonitos.


Sin embargo, como en todos los modelos de éxito, el riesgo para el cliente también existe y algunos de sus huéspedes -denominación utilizada por la compañía- han sido objeto de estafa. La propia plataforma publica algunasrecomendaciones para evitar ser víctima de un timo, pero si quieres ir sobre seguro, te aconsejamos que leas con atención estas cinco reglas de oro, medidas preventivas que evitará más de un sobresalto.
1- Comprueba si te encuentras en la página real de Airbnb
Una de las estafas más frecuentes en la red se realiza a través del denominado ‘phishing ’, un método que consiste en suplantar la identidad de un tercero, haciendo creer a la víctima que se está tratando con el proveedor real. A partir de un correo electrónico, el delincuente virtual suele conducir a la víctima a un sitio web falso.
Por esta razón es imprescindible que, cuando operes con Airbnb revises la url. Observa que esta siempre empieza por “https”, es decir que se trata de una conexión a una página que utiliza lenguaje codificado y, por lo tanto, ofrece mayor seguridad. Ten en cuenta también que la plataforma no dispone de ‘live chat’, por lo que si la página te genera dudas, abandónala.
Si recibes correos fraudulentos, comunícalo al portal, puedes evitar que otra persona caiga en la trampa.
2- No contactes con el anfitrión por mail fuera de la plataforma
Aunque el anfitrión despierte en ti confianza, no te arriesgues a contactar con él fuera del entorno de Airbnb, podría tratarse de un engaño por parte del casero o de alguien que hubiera usurpado su identidad digital.
Es importante que tengas en cuenta que el portal únicamente envía mails a través de 10 direcciones de correo electrónico publicadas en su página web. Toma nota, son estas: @airbnb.com, @airbnbmail.com, @e.airbnb.com, @host.airbnb.com, @guest.airbnb.com, @airbnb.zendesk.com, @airbnbaction.com, @outreach.airbnb.com, @express.medallia.com o noreply@qemailserver.com.
3- No pagues directamente al anfitrión
Como en el caso anterior, utiliza la página del portal para realizar transacciones económicas, ya que, de producirse cualquier problema y pierdes el dinero, Airbnb no se hará responsable. Por lo tanto, aunque así te lo pidiera el anfitrión, no te arriesgues y desoye sus peticiones.
4- Analiza bien anfitriones y críticas
Desconfía a priori de un anfitrión sin apenas biografía con unalojamiento sin ninguna crítica. A priori, el propietario se verifica a través de una fotografía, el correo electrónico, el número de teléfono y las redes sociales.
Observarás que algunos de ellos se identifican con la etiqueta ‘Superhost’, un distintivo que destaca a propietarios modélicos para el resto de miembros de la comunidad.
Optar por alquilar un apartamento a un Superhost garantiza que tratas con un casero experto y eficiente cuya propiedad ha tenido huéspedes un mínimo de diez veces a lo largo del último año, en el 90% de los casos responde en 24 horas, y ha obtenido 5 estrellas en el 80% de sus evaluaciones, entre otros requisitos.
Si eres de los que se fía de sus propias impresiones, aprovecha la ocasión de utilizar la mensajería del portal, que te permitirá hablar a tiempo real con él.
5- Consulta la política de reembolso
No creas que Airbnb te devolverá tan fácilmente el importe de tu reserva. El portal dedica una página específica en la que detalla los tres únicos supuestos que permitirán hacerse con el reembolso, por lo que te recomendamos que antes de realizar cualquier reserva, los leas con atención.
El primero de ellos es la anulación por parte del anfitrión de la reserva poco antes del viaje o la imposibilidad “razonable” de acceder al alojamiento (por ejemplo, no tienes acceso a las llaves o al código de seguridad). La segunda es la descripción o ilustración inexacta de la propiedad (tamaño de las estancias, ubicación del inmueble o falta de servicios publicitados...), mientras que el tercer motivo por le que Airbnb acepta el reembolso es por la falta de limpieza o de seguridad entre otros aspectos.

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