7 de octubre de 2014

Estafa de 14,1 millones de euros a Pau y Marc Gasol

Sé el dinero que tengo, más o menos. Cuanto más dinero tienes más consciente debes ser de lo que hay sobre la mesa. Está en juego tu futuro y el de tu familia. Las inversiones, mover el dinero adecuadamente, me ocupa bastante tiempo, pues podría haber pérdidas, operaciones en falso... Hay que estar encima, ser tú el que decide. Las cosas importantes del dinero no se deben delegar". Cuando Pau Gasol pronunciaba estas palabras, en diciembre de 2009, hacía apenas seis meses que había entrado en el negocio que acabaría convirtiéndose en el más ruinoso de su carrera, a decir de lo relatado en la querella criminal que ha interpuesto junto a su hermano Marc Gasol y el también baloncestista Jorge Garbajosa, ya retirado. 



El partido que los tres campeones del mundo (2006) nunca habrían querido disputar se celebra ya en los juzgados madrileños de Plaza de Castilla. Están en juego al menos 14 millones de euros. El pasado 17 de septiembre fue admitida a trámite la querella criminal que los tres han interpuesto contra quienes han sido más que sus hombres de confianza. "Son mis amigos", dijo en repetidas ocasiones Pau Gasol de las personas contra las que ahora litiga. Se trata de Arturo Ortega, su agente desde la adolescencia, y de Enrique Rodríguez, encargado de gestionar la imagen y los contratos publicitarios de los Gasol también prácticamente desde sus inicios, hasta que en 2012 rompieron precisamente por el asunto que ahora los lleva a los tribunales. 

En la querella, a la que Crónica ha tenido acceso en exclusiva, se acusa a Ortega, a Rodríguez y a los empresarios Raúl Esteban Herranz y José Manuel Castillo López de "delitos de apropiación indebida en modalidad societaria, administración fraudulenta, imposición de acuerdos abusivos, impedimento del ejercicio de derechos sociales y cuantos otros pudieran derivarse de la instrucción".

Los Gasol y Garbajosa, según recoge el escrito, aseguran que Arturo Ortega y Enrique Rodríguez les ofrecieron en 2009 participar en un proyecto empresarial aparentemente de poco riesgo: "Encabezado, según les informaron, por otras dos personas, de supuesta profesionalidad, seriedad y solvencia empresarial, don José Manuel Castillo López y don Raúl Esteban Herranz", se lee en la querella. Se les animaba a que invirtieran, asociados con estos empresarios y con los propios Ortega y Rodríguez, en el sector inmobiliario en la provincia de Guadalajara en principio, aunque más tarde la empresa amplió también sus miras a la explotación de la energía eólica en Rumanía. 

Los baloncestistas, siempre según la querella, dijeron que sí y avalaron con su firma los préstamos millonarios necesarios para emprender estos negocios. "Se trataba de que la solvencia económica y excelente imagen de estos tres deportistas de élite, que tantos logros han conseguido en sus equipos y en la selección española de baloncesto, fueran la llave para la obtención de préstamos millonarios de diferentes entidades financieras (Banco Pastor -hoy Popular- y Banco Espirito Santo, en el caso que nos ocupa) así como para obtener de ellos relevantes desplazamientos patrimoniales con los que financiar la compañía", se lee en la página 7 de las 104 de que consta el escrito acusador. El documento legal recoge la petición de tres créditos por un valor total de 10 millones de euros. Un primer préstamo de tres millones concedido por el banco Espirito Santo en 2009 y otras dos pólizas suscritas a finales de 2010 de nuevo con el Espirito Santo (dos millones de euros) y con el Banco Pastor, filial del Popular (cinco millones). 

Se da la circunstancia de que Pau Gasol es imagen del Banco Popular -desde febrero de 2007, casi cuatro años antes de la concesión del préstamo-, entidad a la que el pívot publicita con mensajes como "Siente el efecto Gasol. Cada vez más gente hace crecer sus ahorros con un tipo muy alto" o "Ahorro a tu medida. Cuando te transmiten confianza, tú ganas tranquilidad". Pau Gasol renovó por dos años su contrato publicitario con el Banco Popular en junio de 2013.

"Para su obtención [de los préstamos], los querellados necesitaban la concurrencia de mis representados al efecto de que avalasen las operaciones, pues en realidad, sin sus avales, las operaciones no habrían sido autorizadas", insiste la querella en el papel crucial que jugaron las tres estrellas del baloncesto para que se aprobaran unos créditos que las entidades ahora reclaman que se devuelvan. "El motivo de la solicitud de aquellos préstamos, según informaron los querellados a mis representados, era la urgente necesidad de fondos de la sociedad para desarrollar sus ambiciosos proyectos en Rumanía. Lo que no conocían entonces mis representados y han comenzado a vislumbrar años después es que aquellos importes irían a parar directamente a incrementar el patrimonio de los hoy querellados a través de diferentes operaciones fraudulentas...". 

-Yo no me he llevado absolutamente nada y creo que los socios son perfectamente conscientes de ello -responde Arturo Ortega, el único de los querellados que contesta la llamada de Crónica [Enrique Rodríguez no ha podido ser localizado por este suplemento]-. No sólo no me he enriquecido sino que he aportado dinero a la sociedad y he sufrido perjuicio igual que ellos -añade.

El montante total de lo supuestamente "distraído", según mantiene la querella, está por encima de los 14 millones: "... A fecha de hoy parece que la sociedad carece de cualquier activo y cuenta con deudas superiores a 14.150.000 euros con diferentes entidades financieras, las cuales han resultado directamente avaladas por mis representadas", dice el escrito presentado ante la Justicia por el procurador de los baloncestistas.

-La empresa tiene una serie de activos que, cuando se realicen, serán devueltos a los socios -asegura Ortega, quien no detalla cuáles son esos activos.

Los momentos más dulces

La fotografía de portada de este suplemento, tomada el 4 de octubre de 2001 tras el fichaje de Pau por los Memphis Grizzlies, recoge uno de los momentos más dulces de la relación de Arturo Ortega y Pau Gasol. El pívot catalán (Barcelona, 6 de julio, 1980) tenía 21 años, acababa de ser elegido en el puesto tres del draft y hacía historia al convertirse en el segundo español que llegaba a la NBA (tras Fernando Martín) y en el jugador no formado en EEUU elegido en el número más alto del draft en aquel momento. Y ahí está, más de medio metro por debajo de los 2,13 de Gasol, sonriendo como nunca, el artífice del hito: Arturo Ortega. Una imagen en las antípodas del trato que tienen ahora. 

Ortega, de 54 años hoy, había debutado en el mundo de baloncesto con 24 años como entrenador en el Magia de Huesca, pero fracasó con este equipo y el siguiente -el Caja de Ronda, hoy Unicaja de Málaga- y con 28 años arrojó la toalla para encaminar sus pasos a un terreno que entonces estaba sin explorar: el de los agentes de jugadores. Dio su primer campanazo trayendo a Sabonis a España y colocándolo luego en la NBA, y el pelotazo definitivo cuando en los 90 metió en su cartera al llamado a ser el mejor baloncestista español de todos los tiempos: Pau Gasol. Jorge Garbajosa y Marc Gasol, entre otros muchos, también le confiarían la gestión de sus carreras. "Es difícil creer que alguien como yo, que no ha tenido ningún problema en 25 años de carrera como representante, cree una trama delictiva para engañar a tres de mis mejores clientes y lo haga en una sociedad donde está todo mi patrimonio", se defiende Ortega.

En la imagen, Enrique Rodríguez no posa con Ortega y Gasol pero no debía de andar muy lejos. Cuando Pau dio el salto a la NBA y su agenda se desbordó, Ortega presentó a Gasol a Rodríguez como la persona que podría ocuparse del marketing. Se fraguó entre los tres una estrecha relación que trascendió el ámbito profesional. Los representantes incluso pasaban alguna Nochevieja con Gasol en EEUU y no era raro que el pívot veraneara en la finca de Enrique Rodríguez en Ibiza. Esta sintonía y confianza es subrayada repetidamente en la querella como el motivo por el que los deportistas se embarcaron en la empresa: «...D. Pau y D. Marc Gasol y D. Jorge Garbajosa (socios únicos de las mercantiles FUTUR 16, S.L., BIG RED TUNA, S.L. Y GARBA JOR S.L.) habían sido desde su adolescencia representados en su carrera deportiva por D. Arturo Ortega Sureda (LORACHE GESTIÓN, S.L) y D. Enrique Rodríguez Martín (PRIME ONE, S.L.) mantenían con ellos una relación de absoluta confianza que, como sucede en estos casos, en los que la relación se inicia en la adolescencia de los deportistas, iba mucho más allá de una relación deportiva profesional. Bien podríamos decir que se trataba de una relación familiar. Los citados sres., prevaliéndose de la ascendencia que mantenían sobre mis representados, les ofrecieron participar en un proyecto...»

En diciembre de 2009, EL MUNDO nombraba Hombre del año a Pau Gasol, quien entonces ya jugaba en Los Lakers, y el pívot le concedía a Luis Fernando López la entrevista en la que pronunciaba la frase con la que arranca este reportaje: "...Las inversiones, mover el dinero adecuadamente, me ocupa bastante tiempo, pues podría haber pérdidas, operaciones en falso...".

Seis meses antes, el 25 de junio de 2009, Gasol, a través de su empresa Futur 16 S.L, se había hecho con el 9,01% del capital social del Grupo Giatico. Jorge Garbajosa suscribía el mismo porcentaje (9,01%) mientras que Marc Gasol se sumaba con un 6,01%. El resto de las acciones quedaron en manos de los cuatro miembros del consejo de Administración, -los cuatro querellados: José Manuel Castillo López (28,48%), Raúl Esteban Herranz (28,48%), Arturo Ortega Surede (4,99%), Enrique Rodríguez Martín (4,99%)- y de la empresa Diles Investment (9,01%). 

Aseguran los tres deportistas que, desde su entrada en la sociedad, la información que recibieron sobre la actividad de Giatico «fue prácticamente inexistente". ["Eso es falso, todos conocían los proyectos", dice Ortega]. Que la compañía sólo dio parte de sus cuentas anuales en 2009, su año inaugural. Que se desoyeron sus requerimientos para que se les informara del estado económico de la sociedad. Y que ni siquiera se atendió al auditor que el Registro Mercantil designó a petición de los Gasol y de Garbajosa. 

Lo que en realidad estaba pasando, sostiene el escrito admitido por el juzgado número 49 de Plaza de Castilla, es que los cuatro querellados habrían estado "despatrimonializando" la compañía en beneficio propio. El documento sigue el rastro, por ejemplo, de los dos préstamos por valor de siete millones de euros solicitados a finales de 2010. Poco después de su concesión, sostiene el escrito, Giatico habría pagado cinco millones de euros a las empresas de José Manuel Castillo y Raúl Esteban (Sylmont e Inmogestion) por el derecho a opción de compra del 60% de las participaciones que los citados empresarios tenían "en cinco sociedades limitadas domiciliadas en Guadalara". "Los querellados distrajeron ilícitamente los 5.000.000 de euros a través de aquel contrato fraudulento, pues las sociedades objeto de aquel contrato, carecían entonces y carecen hoy, de cualquier valor", se acusa. José Manuel Castillo, además, aseguran los denunciantes, habría emitido y cobrado «una factura por importe de 1.160.000 euros en concepto de comisión por la operación».

"En resumidas cuentas, de los 7.000.000 euros recibidos en concepto de financiación, supuestamente necesarios para acometer las inversiones necesarias en los importantísimos proyectos de Rumanía, 6.160.000 fueron a parar, en el mismo instante en que entraron en la sociedad, a los propios querellados...", recoge el escrito, que describe otro par de operaciones similares por cuantías menores.

Ortega responde

-No sé si se ha cometido o no un delito, eso es la Justicia quien tiene que determinarlo, pero creo que los abogados de los querellantes me han incluido en la querella de manera injustificada. Entiendo que la única razón para que sea uno de los querellados es que soy uno de los cuatro administradores de la sociedad, pero los socios saben perfectamente que yo no llevaba la administración, que eran otros y que no me he beneficiado de nada -responde Ortega, de quien Gasol se divorció profesionalmente en junio de 2012, aunque la primera fricción entre la familia Gasol y Ortega se produjo mucho antes. 

En noviembre de 2009, la madre de los Gasol, María Luisa Sáez, sorprendía con unas declaraciones en La Gaceta en las que tildaba a los representantes de "sanguijuelas". "No paran de chuparle la sangre a mi hijo", decía. "No paran de pedirle dinero y cada vez más. Empezaron llevándose un 15% de sus derechos, luego un 18 y ahora quieren un 20", aseguraba sobre los porcentajes que se llevaban de Pau Gasol, al que se le calculan unos ingresos de 160 millones de euros a lo largo de su carrera. Al día siguiente, el propio Pau salía al paso de la polémica con un tajante comunicado: "Enrique Rodríguez (Meta Image) y Arturo Ortega (Interperfomances) son mis amigos y mis representantes. Son personas que gozan de toda mi confianza personal y profesional, gracias a ellos he crecido fuera de la cancha. Son parte importante de mi reducido círculo de colaboradores y espero seguir contando con ellos mucho tiempo". 

Un lustro después, Pau Gasol, 34 años, flamante fichaje de los Chicago Bulls, se dirige a sus antiguos «amigos» en un escrito mucho menos amable: 104 páginas repletas de acusaciones.

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